jueves, 3 de junio de 2010


¿Que son todos esos colores?
Estuve en el centro cultural peruano japonés y decidí llevar a mi casa unos dulcecitos desconocidos que había en la vitrina de la cafetería. No quise pedirle al vendedor que me repitiera sus nombres porque sabía que de cualquier forma no los recordaría. Acá he puesto una foto, y si alguien los conoce, o se anima a investigar su nombre les estaré muy agradecida.
Trataré de ser lo más exacta posible en cuanto a mis sensaciones al degustarlos, aunque es un poco difícil porque solo puedo narrar lo que saboreo en base a lo conocido, y debo reconocer que no he probado demasiados sabores distintos. Para empezar probé el rectángulo rosado y blanco, la primera sensación que tuve fue la del tacto, es un pedacito frío y liso de una especie de gelatina que hay que arrancarse de los dientes para conseguir un bocado. Muy poco dulce y de sabor como a algún cereal, probablemete sea de arroz, es como si se quedara en la boca aún después de haber masticado mucho. La verdad no me pareció rico. El rectángulo de la derecha tiene la misma textura, solo que está cubierto de ajonjolí lo cual le da un toque crocante, y el sabor es más agradable, va mejorando. El tercero que parece una rodajita de keke es el que más me gustó, la corteza se parece mucho a la de un budín de pan, tiene ajonjolí por encima, no es tan glutinoso y el sabor es un poco avainillado, rico. La bolita rosa que le sigue me hizo ilusionar: si se corta por la mitad aparenta ser un marshmellow rosa relleno de chocolate, pero no. La masa es más dulce que las anteriores, parece cubierta de azúcar en polvo, y por dentro tiene un puré probablemente de frijol negro, no era lo que esperaba, pero pasó la prueba de mi paladar. El último que tiene tonos naranjas y marrones viene pegado a una hoja, ignoro de que árbol. Es un poco más de lo mismo, consistencia gelatinosa, pero al pasarlo dejaba como un sabor a menta. Lo mejor de todo fue que al final sentía saciedad, más no empalago ni pesadez. Las porciones son pequeñitas, y bajas en azúcar lo cual hace más fácil digerirlas. Este ha sido el resumen de mi primera experiencia con postres japoneses. Si averiguo de qué están hechos y a que hora y cómo se comen en Japón les cuento.
Dejo un link que encontré en http://www.pasteleria.com/

3 comentarios:

  1. las bolitas en color pastel se llaman mochi, son mis favoritos!
    y ahora leo tu artículo :-)

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  2. Sí, los mochi están hechos de harina de arroz, y pueden estar rellenos de distintas cosas. Mi relleno favorito es el que te tocó a ti: frejol colado. Los he probado rellenos de chirimoya y no me gustan tanto. Eso sí, tienen que comerse fresquitos.
    A mí me hacen pensar en el bracito de un bebé. Por eso me gustan tanto.

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  3. Muchas gracias Alessandra! Es cierto, estas masitas son suaves y tersas como un bebé. Confieso que me quedo con el chintoy chino, el relleno creo que es de pallar, y es más blandito y dulce que el mochi; además, tibio es delicioso!

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